Es importante conocer las necesidades de nuestra piel para cuidarla como se merece.

  1. Para que una piel esté sana, la calidad es muy importante.

“Por encima de la flacidez y las arrugas, nos fijamos en una piel cuidada, hidratada y bonita”, dice la dermatóloga Ana Molina. 

Para ello, el primer paso es la limpieza de nuestra piel, si la piel no está limpia no puede estar sana.

Luego buscaremos tener una piel hidratada, uniforme y luminosa. 

En este punto hablaremos de los tratamientos cosméticos que sean hidratantes, preservando la función barrera de la piel y los antioxidantes que nos aportarán luminosidad, ayudando a unificar el tono de la piel.

Y como no, el paso más importante de todas las mañanas y durante todo el año es protegernos del sol 

El Fotoprotector es, el dermocosmético sin el cual el resto de la rutina facial no tiene sentido, podemos utilizar tratamientos muy ¡¡TOP!! pero si no nos protegemos del sol, estos no se notarán en nuestra piel.

Los protectores solares…

  • Previenen quemaduras
  • Previenen el daño celular
  • Previenen el envejecimiento prematuro como la aparición de arrugas, manchas, cáncer de piel y la pérdida de elasticidad 

2. Preservar el colágeno y la elastina

Ambos, junto a los glicosaminoglicanos (GAG), se encuentran en la dermis, la siguiente capa cutánea. 

Aquí es más difícil actuar, y aunque la cosmética bien dirigida hace una estupenda labor, la clave para no degradar las fibras de colágeno y elastina es la protección solar. 

Pero ojo, hay que escogerla bien, con fórmulas que además de proteger contra toda la radiación (incluida la luz visible  y la infrarroja) contengan potentes activos antioxidantes capaces de reparar los daños celulares y salvaguardar ese colágeno y esa elastina. 

En este caso, podemos ayudar introduciendo en nuestra rutina pépticos y factores de crecimiento.

Estos, desempeñan la función de reparar y regenerar tejidos.

  • En la dermis, estimulan la actividad de los fibroblastos, sintetizando componentes de la matriz extra celular como el colágeno y la elastina 
  • En la epidermis, promueven la regeneración celular, estimulando el crecimiento, la proliferación y la diferenciación de las células de la epidermis.

3. Somos más exposoma que genoma

Últimamente se habla mucho de los factores externos que actúan sobre el genoma y que suponen, según Ana Molina, un tercio de los problemas de salud.

Genoma, si lo has adivinado son nuestros propios genes, es el factor intrínseco que no podemos modificar, pero es un porcentaje bajo frente a los factores externos como…

El Exposoma: La memoria de la piel, son los factores que afectan al envejecimiento desde fuera.

Engloba los numerosos factores de exposición que van llenando la vida de una persona, desde su nacimiento hasta la muerte.

Como decía Ortega y Gasset: “El hombre es el hombre y sus circunstancias”.

¿Y cuales son estos factores?

La radiación solar, ésta es responsable de un 80% del envejecimiento facial, como ya hemos comentado produce múltiples alteraciones en nuestra piel.

La nutrición, una nutrición adecuada es clave para envejecer mejor. Lo ideal para retrasar el envejecemiento es una dieta rica en antioxidantes, frutas, vegetales, pescado, aceite de oliva y legumbres.

El humo del tabaco: induce a la formación de arrugas, altera la pigmentación y la falta de luminosidad en la piel, deteriora la formación de fibroblastos, induce el estrés oxidativo e inhibe la defensa natural antioxidante.

La contaminación ambiental, la polución del aire envejece la piel prematuramente, cuando más nos exponemos a partículas pequeñas, niveles de dióxido de nitrógeno y ozono, mayor será la probabilidad de aparición de arrugas y manchas.

Las altas temperaturas, pueden alterar la vascularización, favoreciendo la aparición de arañas vasculares y la  inflamación de nuestra piel.

La falta de sueño y el estrés, disminuyen la permeabilidad de la epidermis y deterioran la función barrera.

El estrés es un mecanismo de defensa del organismo, pero cuando se convierte en estrés crónico puede afectar disminuyendo el sistema inmune y aumentando el estrés oxidativo y el daño en ADN. 

El uso de cosméticos inadecuados, como avala la Academia  Española de Dermatología y Venereología (AEDV), estos pueden influir en una mayor glicación (Es una reacción química que se da espontáneamente cuando la glucosa que circula por la sangre interactúa con las proteínas de la piel) que destruye el colágeno,

 La piel irá reflejando fielmente, como un espejo, todos estos impactos. Y recuerda que le pasará la correspondiente factura.

4. La renovación de la epidermis es fundamental

Esto ocurre en una piel joven cada 28 días, proceso que se va ralentizando con la edad.

¿Cómo podemos ayudar?

Los productos ricos en Hidroxiácidos, que producen una exfoliación química y que deben adaptarse a cada tipo de piel y edad. (Alfa-hidroxiácidos, beta-hidroxiácidos y poli-Hidroxiácidos)

Los retinoides como el retinol y el retinal (Retinaldheído)

Y Los despigmentantes como el ácido tranexámico, azelaico…

Y muchos más… 

En este grupo podemos incluir todos los ingredientes que ayudan a tratar los distintos signos de envejecimiento, desde las arrugas hasta las manchas pasando por la falta de elasticidad.

En resumen,  Una rutina facial de cosmética debe constar de al menos 4 pasos:

Estos son limpieza, hidratación, protección y transformación.

¡Los veremos en detalle en nuestro próximo post!

BiBliografia:

  • La Guía definitiva para el cuidado de la piel
  • Fundación ADEV piel sana
  • Celebrate Life de Cantabria Labs