El ejercicio físico realza la belleza, pero…
La práctica regular de ejercicio físico quizás sea el mejor tratamiento estético natural: mejor color, textura de la piel y cabello, menos celulitis y várices, un cuerpo más estilizado o menos sobrepeso son algunos de los beneficios.
Está demostrado que una sola sesión de ejercicio hace que te sientas más guapo/a, mejora la percepción que tienes de tu cuerpo. Posiblemente la razón, está en la liberación de endorfinas.
Lo que consigue el ejercicio es que el organismo esté en las condiciones más sanas posibles. Esto pasa cuando los músculos al contraerse liberan unas sustancias, llamadas míoquinas, y en la constatación de que las personas con actividad física regular mantienen una mayor longitud de los telómeros que protegen los genes.
Las míoquinas tienen efectos antiinflamatorios y antioxidantes, reducen la masa grasa visceral, mejoran la vascularización, el metabolismo, el funcionamiento del sistema nervioso y la calidad del sueño, mientras que disponer de unos telómeros más largos protege contra enfermedades crónicas.
Una mejor circulación sanguínea facilita mejor color y calidad de la piel y del cabello, pero también mayor movilización de las grasas, menor retención de líquidos o menos riesgo de várices.
El ejercicio mejora el sistema inmunológico, disminuye la secreción de insulina y mejorar el ritmo intestinal y todas estas reacciones son un buen tratamiento de belleza.
Pero…
El deporte es una de las actividades de ocio a las que se dedica más tiempo y con la que más se disfruta. Pero debemos tener en cuenta que el ejercicio físico produce una sobrecarga de los famosos radicales libres que se relaciona directamente con el envejecimiento prematuro.
Radicales libres, Extrés Oxidativo, qué son y porqué se producen:
Los tejidos del cuerpo están formados por células, que a su vez están formadas por moléculas. Las moléculas constan de átomos que se unen entre sí a través de enlaces químicos.
Los átomos tienen protones y electrones. Éstos últimos pueden compartirse con otros átomos para conseguir máxima estabilidad pero si se realiza un enlace débil y queda un electrón sin pareja se forma un radical libre.
El organismo produce radicales libres en el simple proceso de obtención de energía para nuestras funciones vitales, pero existen muchos factores que contribuyen a que los generemos en exceso, produciéndose un estrés Oxidativo, estos factores son:
los rayos ultravioletas del sol, el frío, la humedad, la contínua contaminación ambiental, el humo del tabaco, el estrés, la vida sedentaria y el ejercicio desmedido.
Los antioxidantes ayudan a frenar la cascada de los Radicales Libres.
Pero vamos a explicarlo de una forma más fácil, como lo hace en sus presentaciones Verónica Vivas (@veronicasvivascr)
«Un radical libre es un átomo o grupo de átomos que tienen un electrón desaparecido, que no tiene pareja. Tus propias células producen radicales libres en el normal funcionamiento de su actividad.
Un radical libre sería como un niño, al que vamos a llamar a Pedrito, a Pedrito su mamá le ha dado dos caramelos y como Pedrito de camino al cole va haciendo el lelo, pierde uno de los caramelos y en vez de pedirle a su madre que le de otro caramelo, se lo quita a otro niño.
El niño al que se lo ha quitado, Juanito, a su vez se lo quita a otro niño y esto produce una reacción en cadena. La forma de parar esta reacción en cadena es que haya un niño en el patio con una bolsa de caramelos, y un espíritu de Madre Teresa a prueba de bombas que reparta caramelos a todos los niños».
Estos serían los antioxidantes, que se lían a estabilizar las moléculas sin convertirse, a su vez en Radicales libres.
Y ¿cómo podemos obtener antioxidantes?
- A través de la alimentación (alimentos ricos en Vit. C y E y en Omega3)
- A través de la Dermofarmacia con productos que estén formulados con activos antioxidantes y antiinflamatorios (Vit. C y E, neocinamida…)
Pero el mejor cuidado para proteger nuestra piel y evitar su envejecimiento es el protector solar.
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